Cómo se hizo… La última tumba

Con Los Tres Investigadores quería cerrar un ciclo y cambiar de tercio, no sé si en género, pero sí en forma de abordar un juego, del tipo y la temática que fuese, pero la cabeza siempre da vueltas y se llena de ideas para hacer algo. Es curioso cómo nuestros pensamientos son el poso donde nuestra imaginación no deja de soltar pequeñas piezas de puzzle que en algún momento cobran sentido y producen el irremediable impulso de juntarlo todo y darle forma. Así nació La última tumba.

¿Qué tiene de novedosa esta aventura?

Como en cada nuevo proyecto, siempre intentamos dar un paso más allá. Tenía claro que la quería hacer en varios idiomas, castellano, inglés y catalán, y que en cada una de las tres versiones del juego podamos interactuar con el idioma que queramos, ya que el vocabulario está hecho de tal forma que se incluye en todas las versiones y partes del juego. Otro tema que quería contemplar era que, dependiendo en dónde acabaras la primera parte, la puntuación conseguida o los objetos con la que acabáramos esta, nos darían diferentes claves que nos harían comenzar en diferentes sitios de la segunda parte y con la puntuación de la primera. Además, hay acciones que suman puntos, muchas, pero algunas, que son de cajón, restan y hay que tenerlo en cuenta, porque a veces no hay marcha atrás.

¡Que vienen los gráficos!

Este tema ya sabía que me traería por el camino de la amargura. El Illustratores una conversión de su homónimo de ZX Spectrum y arrastra sus bonanzas y defectos. Son estos últimos, el color clash y el farragoso sistema que tiene, sobre todo en el copia/pega, lo que me llevó a tardar más que nunca con ellos y con los resultados que menos me han satisfecho al final de cuantos llevo hechos, que tampoco son tantos. Al principio la idea era utilizar varios colores que fueran acordes con la temática; amarillo, naranja (marrón claro), marrón oscuro y negro, pero los problemas antes nombrados, las múltiples pruebas y el sistema propio del Illustrator (quien lo haya usado sabrá de lo que hablo), me llevaron a hacerlos monocolor y a tirar por lo práctico. Los gráficos nunca fueron lo mío, pero encontrar voluntarios para el Illustrator ya lo he dado por imposible.

El juego dentro de la historia

Como sucedió anteriormente con Los Smiths están muertos, El Prisionero o Los Tres Investigadores, me gusta ser veraz en el contexto del juego y no inventar tramas que nada tienen que ver con la realidad o el lore que existe a su alrededor. Para esta, me informé bien, tanto en fechas, la propia historia del arquitecto Imhotep, y Zoser, el faraón para el que trabajó, el lugar donde podrían suceder los hechos, el tipo de escritura, escultura y arquitectura de la dinastía, y detalles para no «mear fuera del tiesto». El juego trataría sobre un grupo de estudiosos que, tras años analizando los documentos y vías posibles, se lanzan a la búsqueda del templo donde fue enterrado Imhotep en el lugar más probable, cerca de la pirámide escalonada de Zoser.

La historia dentro del juego

Imhotep fue un personaje muy importante en el Antiguo Egipto. No era de sangre real ni hijo de ningún faraón, pero sí se ganó un lugar en la historia en la Tercera Dinastía, allá por el 2600 antes de nuestra era, y lo fue por todo lo que logró: Fue el arquitecto de la pirámide escalonada de Zoser, la primera de la historia y que era una sucesión de mastabas, una encima de la otra. No se conformó con esto, sino que fue el primer arquitecto y científico reconocido: matemático, ingeniero y astrónomo, con conocimientos de aritmética y geometría. A todo esto se le puede añadir el ser tesorero del Bajo y Alto Egipto, sumo sacerdote de Heliópolis, ceramista y médico, fundador de la medicina egipcia. Dónde está enterrado sigue siendo un misterio. Siempre se ha buscado cerca de la pirámide de Zoser, la opción más lógica, ya que a los arquitectos se les enterraba siempre cerca de su faraón, pero no se ha encontrado nada y no sabemos si lograrán hacerlo. Quizás su larga vida, 80 años, que eran muchos por entonces, y sus muchos viajes, llevaron a enterrarlo en otro lugar, sin descartar que su tumba haya sido saqueada, quedando como un misterio su emplazamiento.

La dificultad

Como todo buen juego que se precie, tiene sus trampas y ciertos puzzles que lo hacen tentador a la par que complicado. La última tumba tiene varios puntos complicados, pero ni mucho menos imposibles. Siempre son los jugadores noveles quienes más bloqueados se quedan, pero con la regla de EXAMINAR TODO es fácil que eso no pase. En el juego no puedes quedarte atascado, pero sí morir o perder puntos haciendo alguna barbaridad por la que algún arqueólogo te colgaría. Como curiosidad, voy a tres o cuatro ferias al año en las que expongo mis juegos y sin duda este consejo es tan básico como omitido por la mayoría de jugadores, y ver constantemente cómo no lo EXAMINAN TODO es un ejercicio de sufrimiento en el que insinuar una ayuda me reparte culpa y bondad a partes iguales.

Conclusión

La última tumba es una aventura para jugadores un poco curtidos, pero que a cualquiera le puede enganchar. Entrar en un templo, sobrevivir a las múltiples trampas, resolver los jeroglíficos que os encontréis, no morir por alguna imprudencia que hagáis, sobrevivir a lo que os encontréis dentro, salir con vida y traeros algo para demostrar que estuvisteis allí no está hecho para cualquiera, y solo los verdaderos aventureros se atreverán a entrar al templo y darlo todo para conseguir completar la misión con el mayor porcentaje de éxito posible. ¿Seréis vosotros los primeros en hacerlo?

Bieno Martí

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