Esta reseña revela detalles de la trama.
Introducción
El último juego de Sebastián Armas (Incanus) es una singular historia interactiva sobre los curiosos efectos de una terapia experimental en el afligido y confinado protagonista, encerrado en su vivienda a causa de una amenaza vírica que a todos nos traerá a las mientes un pasado demasiado cercano. Sin ser muy extenso, sorprende por las generosas descripciones, la originalidad de la propuesta y la profundidad de sus temas.
Ambientación
La historia transita hábilmente entre un tono costumbrista y las visiones alucinadas que se apoderan de nosotros al deambular por nuestro pequeño apartamento. Y es que el tratamiento parece estar provocándonos una suerte de ensoñaciones o sueños lúcidos; por eso los objetos de la casa tienen el poder de despertar asociaciones que nos abrirán portales a otros mundos. En el momento menos pensado, escaparemos del asfixiante piso, transportándonos a otros momentos ya vividos, al pasado ancestral, a otros continentes y culturas, e incluso al futuro más distante.
Estas escenas tienen en común nuestros anhelos de fuga de una realidad opresiva y hostil, aunque a medida que avancemos, irán pasando de un tono más bien bucólico a otro tirando a siniestro —¿será que toda huida no es sino un espejismo?—. Nuestro periplo nos abocará a una variedad de circunstancias aparentemente terminales: seremos un sacerdote convertido en peón de una fuerza sobrenatural, un cazador de la tundra que corre el peligro de morir congelado, un viajero temporal llegado desde el futuro con la intención de explorar una extinta civilización, pero aun en medio de la oscuridad, Incanus siempre deja resquicios por donde se cuelan la poesía y el humor.
De hecho, jugar a Encierro puede tener algo de terapéutico. Vivir en la piel de esos alter ego enfrentados a situaciones angustiosas, —seguramente más terribles que el de nuestro confinado avatar— y comprobar que, a pesar de todo, siguen luchando por su supervivencia, dejó en mí cierto poso de melancólica esperanza.
Entre los autores del mundo hispanohablante, Sebastián es uno de los que mayor cuidado pone en el lenguaje. Resulta conciso, evocador, tiene buen sentido del ritmo y sabe emocionar con breves pinceladas cargadas de ingenio y sensibilidad.
El autor ha previsto diversas reacciones psicológicas a las situaciones que se nos van presentando, algo que supone una nota de originalidad, ya que la aventura prototípica tendía a enfocarse en la manipulación de objetos descuidando la dimensión de la reacción del jugador. Aquí, en cambio, hay comandos que permiten expresar nuestra diferente actitud ante las mudables circunstancias —fue una sorpresa ver que, reaccionando a la desesperación de mi personaje, el autor había previsto una hilarante respuesta para mis veleidades pirómanas—. Además, como muestra del nivel de detalle de la implementación, el comando EXAMINARME evoluciona con las metamorfosis del proteico protagonista. También cabe destacar que, una vez llegado al fin, tenemos acceso a un menú de curiosidades que nos invitan a descubrir aspectos o huevos de pascua que podrían habernos pasado desapercibidos.
Dificultad y jugabilidad
La aventura nos permite examinar la mayor parte de elementos de nuestro entorno y comprende un generoso espectro de sinónimos, lo que nos ahorrará tener que pelearnos con el parser para hacernos entender. Podemos desplazarnos sin necesidad de teclear los puntos cardinales, con un simple IR A, si es que aludimos a una localidad contigua.
Encierro se ajusta a los estándares actuales de jugabilidad (no tendremos que sufrir muertes espurias), los puzles tienen la dificultad perfecta y las soluciones son orgánicas, ya que la exploración e interacción con el entorno acaba proporcionándonos suficientes pistas para superar los bloqueos. Además, aunque la trama esté salpicada de digresiones que nos conducen a otros mundos, los problemas se hallan bien integrados con los temas de la historia (la evasión, la soledad, la impotencia, la esperanza), y no se perciben como meros juegos de ingenio.
En el plano técnico, cabe destacar que el programa está pulido, lo que en parte se debe a la buena labor de testeo, no en vano en los créditos encontramos los nombres de dos veteranos aventureros como Jade y Comely.
Conclusión
Un juego sugestivo de original premisa que aprovecha las enormes capacidades de Inform 6 y demuestra que las aventuras de texto pueden tratar temas profundos sin merma de diversión o necesidad de recurrir a la literatura de hiperenlaces, a la que, por otro lado, también es aficionado quien firma esta reseña.
Tratamiento a distancia
“Bueno, ¡nos vemos en la próxima sesión!”, dice en un tono (espera) alegre y cierra la tele conferencia… para dar un suspiro un tanto cansado.
Como muchos de sus pacientes estos días, el que acaba de atender sobrepasó hace ya semanas su capacidad de soportar el encierro sin estar medicado: está ansioso, detesta y hasta teme el tiempo libre después del trabajo, para no hablar de los fines de semana, que ya le resultan un verdadero calvario.
Para complicar las cosas, el paciente no ha logrado encontrar mecanismos alternativos de relajación o acaso, distracciones con las que sobrellevar el obligado confinamiento de estos tiempos de pandemia; además, vive solo… lo que a la postre y en su caso es hasta preferible.
Sus últimas sesiones, por otra parte, han revelado algunas señales más bien perturbadoras: el paciente de pronto ha perdido el hilo de la conversación y se ha quedado con la mirada perdida, como si estuviera durmiendo con los ojos abiertos. Intentar saber qué le ha pasado no ha conseguido, sino perturbarlo, ya que no pareciera recordar nada de lo que ha ocurrido, creyendo incluso que le estaban tomando el pelo.
Revisando sus notas, comprueba que, de los 10 pacientes que está tratando en este momento, sólo tiene otro caso semejante a este: sin embargo, esa persona estaba siendo tratada por depresión y sus síntomas fueron muy puntuales y mucho más leves, distando bastante del caso del paciente que en verdad ya le preocupa.
Mientras escribe un correo de interconsulta a un colega, decide que, salvo alguna contraindicación en la literatura, para la próxima sesión intentará alguna forma de hipnosis para generar una respuesta adaptativa y, si eso no funciona, iniciará una terapia de medicamentos junto con un régimen de ejercicios de “cardio” y de meditación…
…seguido de un período de internación clínica, si todo eso fallara.
No ha acabado de enviar el correo cuando la señal de llamada se escucha para comenzar la sesión de su otro paciente de hoy.
Sonríe: es una sesión grupal; una familia que, pese al agotamiento y el agobio con el encierro, mantienen intactos su afecto y cariño, una de las pocas cosas que la pandemia y el encierro no han logrado destruir.
Todavía…