Nutca es el curioso título de la aventura de texto justamente ganadora del concurso Bytemaniacos de 2023, cuya imagen promocional es enigmática, un gigantesco oso erguido ruge en actitud amenazante, prometiéndonos aventuras, puzles y enigmas de los que tanto nos gustan.
Nutca parte de una sugestiva premisa: en el siglo XVII, una nave española partió desde el muelle de San Blas (México) hacia las aguas del Pacífico Norte en misión exploratoria. Tras largo tiempo volvió a puerto con un tripulante menos, el protagonista de nuestra aventura.
Para entender mejor la historia, hay que saber qué es Nutca. Para quien nunca haya oído este término hasta conocer esta aventura (entre los que me incluyo), hay que explicar que Nutca es una región de la Columbia Británica formada por varias islas que actualmente pertenecen a Canadá, pero que, en su momento, sorprendentemente, pertenecieron al Virreinato de la Nueva España, gobernado desde la ciudad de México, antigua Tenochtitlán.
Así pues, Nutca nos sitúa en ese momento de la historia de España, y nos cuenta cómo nuestro aventurero embarca en la nao Santiago que parte hacia la región que da nombre al juego, y cómo por diversas vicisitudes, nuestro protagonista acaba siendo abandonado en una isla del territorio de Nutca, con sus peculiares habitantes. Así, se puede decir que la aventura está dividida en dos partes bien diferenciadas, una en el puerto y en el barco, casi a modo de introducción, y otra ya en la isla, que se puede decir que es el grueso de la aventura.
He de decir que, particularmente, esta parte del puerto y el barco conforman un primer acto de la historia que personalmente me parece más interesante que la parte principal, pero es algo subjetivo, porque me parece que tiene unas muy buenas descripciones y ambientación, y porque tiene ese toque a historias navales que siempre me han gustado. Pero como ya digo, es una apreciación puramente personal.
El resto de la aventura se desarrolla en una de las islas de Nutca. Quizá una de las cosas que echo en falta es cierta profundidad en las descripciones del territorio y los personajes, y no es que estén pobremente descritas ni mucho menos, el problema es que si no conoces bien la historia de Nutca o sus habitantes, es fácil que tu mente se vaya a una isla tropical con sus nativos habituales (quizá por influencia de Cozumel o de Monkey Island), y no acabas de tener claro si son esquimales o qué tipo de nativo americano, por lo que es fácil que tu mente divague y te acabe situando en una isla del Caribe, aunque es cierto que detalles como las fresas o los arándanos te sacan del error y te devuelvan al frío norte. Pero, aun así, creo que el pintoresco aspecto de los habitantes de Nutca quizá sí requeriría una descripción más precisa, aunque también es verdad que la documentación del juego, descargable desde itch.io, sí recoge esta información, por lo que recomiendo echarle un vistazo antes de jugar.
Obviando este tema, que no deja de tener una importancia mínima, respecto al juego, se puede decir que tiene una dificultad asequible, con bloqueos lógicos y sin ninguna sordera de parser apreciable. En ese sentido se nota que los textos están trabajados, pues no hay palabras que confundan al jugador indebidamente, además de que para evitar el problema de la muerte súbita, el juego incorpora un sistema de vidas que hace que el jugador no juegue con tanto miedo a dar un paso en falso, pero tampoco se despreocupe totalmente y juegue a lo loco (aunque una vida la perderemos sí o sí, con lo que entiendo que es un guiño a una mítica aventura de texto de los 80).
Por otra parte, el desenlace de la aventura está resuelto de una manera bastante ingeniosa y consigue cierto nivel de tensión poco habitual en aventuras de texto, aunque haya que morir unas cuantas veces hasta dar con la solución correcta.
En resumen, se puede decir que Nutca es una muy buena aventura de texto, con sabor a las aventuras de antaño, corrigiendo las partes negativas de estas, como laberintos o dificultad extrema, y, además, puede que por el hecho de que se desarrolle en una isla, que tenga dos partes muy diferenciadas, o incluso, por cierto tono de humor muy en la línea de los juegos de los 80, hace que sea una aventura que merece mucho la pena jugar y que nos recuerda a las aventuras clásicas que casi todos jugamos.