Introducción
En casos como este, con una saga tan larga y compleja, siempre va bien empezar el comentario haciendo un poco de historia para saber cómo hemos llegado hasta aquí. De la saga de aventuras de Monkey Island tenemos cinco aventuras principales, algunas con reediciones. Vamos a comentar un poco cada una.
Todo empezó con The Secret of Monkey Island, de 1990, que aquí nos llegó en el 91. La desarrolló LucasArts, su distribución la llevó a cabo Electronic Arts, y aquí Erbe. Su guion era una parodia de las aventuras de piratas pero con mucho humor y unos puzles especiales a base de resolver frases y que revolucionó el género. Se usó el motor SCUMM y sus gráficos eran EGA (16 colores) que después se versionaron a VGA (256 colores)
Monkey Island 2: Lechuck´s Revenge fue la segunda y se suele considerar como la mejor, consiguiendo un éxito casi mayor que la primera. Los desarrolladores y distribuidores fueron los mismos y salió en 1991, aquí en el 92. Se desarrolló con el mismo motor y gráficos. La novedad (bendita tecnología) es que con el tiempo salió un pack con las dos partes ya en CD-ROM.
Como curiosidad, decir que su final se considera como el más «desconcertante» de la historia de los videojuegos.
La tercera entrega sería The Curse of Monkey Island (Monkey Island 3 o La Maldición de Monkey Island), que salió el 31 de octubre del 1997 y en España se estrenó al día siguiente (ya casi estábamos en la onda mundial) La novedad fue el estilo de los gráficos que eran un poco cartoon. También que Ron Gilbert lo había dejado y tomaron su relevo Jonathan Ackley y Larry Ahern, aunque seguía siendo un trabajo de LucasArts.
Pasamos a Escape from Monkey Island (La Fuga de Monkey Island) cuyo lanzamiento fue el 8 de noviembre de 2000 por los mismos desarrolladores y distribuidores que la anterior. La gran novedad es que se cambia de motor dejando atrás el SCUMM, usando el GrimE. Sean Clark y Michael Stemmle, del famoso y desternillante Sam & Max Hit the Road, dirigieron la producción. Aquí nos encontramos con el «juego de insultos» en la primera parte, y en la segunda tenemos el «Monkey Kombat» donde debemos memorizar líneas de insultos de combinaciones aleatorias de palabras. Respecto a los gráficos, pasamos del 2D al 3D.
La quinta de la saga fue Tales of Monkey Island, desarrollada por Telltale Games en colaboración con LucasArts. No era un juego «entero» sino que constaba de cinco capítulos cuyo primero apareció el 7 de julio de 2009. Fue el primero no desarrollado íntegramente por LucasArts y también distribuido en principio por descarga digital. Ron Gilbert participó aportando algunas ideas y Michael Z. Land creó alguna parte de la banda sonora. Los capítulos fueron: Launch of the Screaming Narwhal (7 de julio de 2009), The Siege of Spinner Cay (20 de agosto), Lair of the Leviathan (29 de septiembre), The Trial and Execution of Guybrush Threepwood (30 de octubre) y Rise of the Pirate God (8 de diciembre)
The Secret of Monkey Island: Special Edition apareció el 15 de julio de 2009 y fue un remake con mejoras. Apareció para bastantes plataformas en la Electronic Entertainment Expo de 2009 junto con Tales of Monkey Island. La novedad era el estilo de los gráficos, con personajes y entornos pintados a mano y música creada de nuevo. En España la tuvimos el 9 de septiembre de 2011.
Finalmente tenemos Monkey Island 2: Lechuck´s Revenge Special Edition, que apareció el 7 de julio de 2010 y aquí el 9 de septiembre de 2011 tras el éxito de la primera Edición Especial. Incluía las mismas mejoras: gráficos de alta definición y música remasterizada.
Y con todo esto llegamos al 19 de septiembre de 2022, cuando aparece Return to Monkey Island para seguir la saga, después de 32 años, y para que, por fin, descubramos cual es el dichoso «secreto» de la isla. Un secreto que puede gustar o no a muchos, pero que sigue su línea de humor de siempre. Y ya va por adelantado que seguramente la historia siga, por lo que nos deja entrever el no solo «nos vemos en la próxima» sino porque a Elaine, al final, le gustaría ir en busca del «Tesoro de la Isla Ciénaga».
La aventura nos sitúa después del segundo título de la saga, Monkey Island 2: Lechuck´s Revenge, cosa lógica ya que en las posteriores Ron Gilbert no participó, pero no por ello tampoco las deja definitivamente de lado. Está llena de guiños a personajes, situaciones y eventos de las anteriores y nos invade la nostalgia desde el principio al final, sobre todo a los más veteranos, porque fueron unos títulos que no olvidaremos nunca. Es como si nos hicieran un regalo a los fans, como si los años no hubieran pasado, para poder volver a disfrutar de su humor y de sus situaciones tan absurdas y divertidas.
Pero es un juego para todos los públicos, desde los que empiezan en el género hasta los que ya llevan años. Su humor no es desagradable ni censurable y sus rompecabezas son aceptables. Se podría decir que es para todos los públicos precisamente por eso, porque el humor es para todos y el que se usa está entre lo tonto y lo sabio. Además, para los nuevos (y los viejos) se incorpora un «Álbum de recuerdos», en plan libro, en el que nos cuentan la historia anterior resumida.
Recomendable al 100% para todos, lo podemos encontrar en Steam por solo 22,99 euros.
Ambientación
Al acabar la segunda entrega, Ron Gilbert se largó de LucasArts (o LucasFilm Games ahora, ya me lío) y no quiso saber nada más, pero siguió pensando en una continuación para completar lo que él veía como una trilogía. Por el éxito de los juegos, LucasArts siguió sacando títulos pero con diferentes guiones. Esta entrega es como la tercera parte de las iniciales, completándolas, pero sin olvidar lo que se hizo después.
Por tanto, siguen las aventuras de los piratas, pero han pasado algunos años y Guybrush Threepwood y Elaine han tenido un hijo y viven felices y tranquilos. Por ese paso del tiempo, aunque salen muchos viejos conocidos, la mayoría han cambiado excepto quizás el propio Guy y su archienemigo el pirata zombi LeChuck. Elaine ya no es la Gobernadora sino Carla, los viejos capitanes piratas también han sido reemplazados por una nueva generación liderada por Madison, con Lila y Trent, e incluso el empresario Stan ahora está en la cárcel.
Pero lo que se había quedado sin respuesta era cual sería el «Secreto» de Monkey Island, que nunca llegamos a descubrir. Así que aquí nos lo cuentan y de eso va la historia. La forma es curiosa porque todo ya ha sucedido y es el propio Guy el que la cuenta a su hijo en plan cuento y en seis partes: un preludio y cinco capítulos.
En el preludio vemos las andanzas de unos niños, uno de los cuales es el hijo de Guy, haciendo todas las tropelías posibles para jugar y divertirse hasta llegar junto a su padre, que comienza a contar la historia. La primera parte pasa en la Isla Mêlée, donde estaremos en viejos lugares conocidos, como la Mansión de la Gobernadora, el Bar Scumm o la «Casa Internacional de Mojo», la tienda de Vudú de Corina. Nuestro objetivo primordial será conseguir ser un tripulante del barco de LeChuck.
En la tercera estaremos en el barco conociendo a la tripulación y algunos viejos amigos, como la calavera Murray. Después visitaremos un montón de islas para acabar buscando de una vez el «Secreto».
Gráficos
Aquí llegamos al quid de la cuestión. Preguntando a los amigos encuentro dos opiniones divididas al 50%, así que me meto a chafardear por Internet y las opiniones son las mismas. O te gustan los gráficos o no te gustan, no hay punto medio. Pero como el comentario es mío, mi opinión es que han valido la pena y son geniales.
Pasamos de gráficos 2D en plan dibujos a otros que también son dibujos, pero muy estilizados, con personajes alargados que tienen caras también alargadas.
A mí me da la sensación de que tienen una especie de «espíritu» que los hace más reales. Los escenarios parecen casi de verdad, llenos de elementos en movimiento, colorido y hasta posturas extrañas. Detalles por todas partes y muy buenas escenas cinemáticas.
Quizá es verdad que te tienes que acostumbrar un poco. Puede que de entrada te sorprenda el conjunto de gráficos y colorido, pero a la que llevas un rato jugando te das cuenta de que no se podía hacer de otra manera. Además, aunque venga de una saga tan famosa y avalada por grandes empresas, en el fondo no deja de ser un juego indie, o sea, creado por una pequeña empresa como Terrible Toybox, que, por cierto, es creadora de Thimbleweed Park, otra joya aventurera.
En definitiva no sabría cómo definir el estilo que se usa, quizás algo moderno con un toque victoriano, o un grafiti en un mural, pero su colorido o sus pantallas llenas de detalles son para hacer afición y dar una gran alegría a los veteranos, además de añadir expresividad y a la vez surrealismo, lo que, sin duda, mejora la historia.
Si no tenéis el juego y ahora estáis preocupados por los gráficos, sabed que la dirección de arte se ha encargado a Rex Crowle, un conocido diseñador y artista en general que está en Media Molecule (www.mediamolecule.com) Si os pasáis por su web veréis como trabaja.
Jugabilidad
De entrada, y por más comentarios que haga, es un juego excelente y este apartado es de 10. Creo que este es el plato fuerte de la aventura.
Al inicio podemos elegir entre dos formas de juego: «Casual», la forma fácil con puzles más sencillos, y la forma «Difícil», con muchas más complicaciones.
De hecho, los puzles son iguales, es su resolución lo que cambia y se alarga. Para que se entienda, imaginad que necesitamos una llave para hacer algo y que esa llave la tiene un personaje determinado. Pues en el modo «Casual», o «Fácil», se la pediríamos y en paz, mientras que en el modo «Difícil» hay que hacer una serie de «submisiones» para que al final nos la dé. Más largo y complicado para lograr el mismo objetivo.
La aventura es muuuuuy larga, parece que no se acabe nunca, pero a la vez la disfrutas tanto que tampoco quieres que se acabe. Hemos estado como diez horas para completarla y, por lo que he leído, otros jugadores han estado más o menos lo mismo. Y eso contando solo el juego en sí, porque después hay otras historias como los «logros» o las «tarjetas», que comentaremos más adelante, que aún alargan más el juego. Hay aventura para rato.
Comentaba antes que es apta para todos los públicos, tanto para jugadores noveles como para veteranos. Y eso se debe a que contiene un «Álbum de recuerdos» donde nos explican las aventuras de Guy desde el inicio. La historia es independiente del juego pero para los que nunca han jugado la saga siempre les puede ir bien leer un poco de cómo empezó y se desarrolló todo.
Es recomendable empezar primero leyéndolo porque también es divertido y refresca la memoria.
También, poco después de empezar el Nivel I, se nos da un «Libro de pistas», que queda en el inventario, para que no nos perdamos si estamos en una situación complicada de la que no sabemos salir. Evidentemente mejor ni mirarlo, salvo para ver de qué va, pero siempre tenemos esa opción.
Otra opción interesante es la «Lista de tareas», que también encontraremos en el inventario. Aquí se irán anotando todos los objetivos que tenemos que realizar y a su vez se tacharán los que ya hemos conseguido.
Si se supone que esta es una tercera entrega después de las dos primeras, ya hemos dejado atrás los cuadrados de acción como «coger», «mirar», etc. y ahora es una aventura Point & Click. Los escenarios están repletos de objetos para mirar y no podemos dejar de hacerlo con ninguno ya que nos pueden dar muchas pistas, siendo además una forma de conseguir «tarjetas» y «logros». Tenemos la tecla TAB que nos resalta los objetos activos y que constantemente deberemos emplear.
La aventura la jugamos a pantalla completa y solo tenemos dos iconos que sobresalen. En la parte superior derecha está el menú de opciones con las típicas: cargar, salvar, controles, idioma o interfaz. El idioma no es tal, sino que se refiere más bien a si queremos subtítulos o no y la velocidad del texto. En este caso se ha traducido todo al castellano salvo los diálogos, de los que podemos ver subtítulos. De hecho, se ha traducido a unos 10 idiomas como francés, alemán, italiano, ruso o japonés, por ejemplo. Y aunque casi todo se puede realizar con el ratón, también tenemos una interfaz de teclado muy completa.
En la parte inferior izquierda de la pantalla se sitúa el inventario, donde se colocarán todos los objetos que vayamos encontrando. Arriba del todo quedaran los libros importantes (tareas, pistas y trivial) y el mapa de las islas cuando lo consigamos. Llegaremos a tener muchos objetos, que con scroll hacia abajo podremos ver, pero algunas veces nos pueden liar. Por ejemplo, si usamos un objeto y luego cogemos otro, este último toma la posición del primero en lugar de quedar al final de todo. Entonces ni te fijas y da la sensación que no se ha cogido, pero en general todo es de fácil acceso y muy intuitivo.
Los diálogos son impecables, llenos de humor, y las situaciones igual, siempre te sacan una sonrisa. Hay veces que podemos hablar de todo con un personaje, pero otras debemos elegir las frases correctas para poder seguir. Hay «guiños» a otros «Monkeys», llenos de nostalgia y que se agradecen.
Algo que ya no me deja tranquilo es cómo en un juego nuevo empiezan a salir actualizaciones desde el primer día. Lo hemos jugado y funciona perfectamente, pero entonces ¿a qué viene eso? De momento ya van cuatro…
Un último tema es el de las conversaciones. En este caso quizás puedes acabar un poco agobiado, y es uno de los elementos que alarga tanto el juego. Gustará o no, pero es uno de los emblemas de la saga. En mi caso hubiera quitado la mitad de las parrafadas porque al final ya tienes un lío que ni te acuerdas de lo que te dicen.
Destacar también la muy buena traducción al castellano, cosa nada fácil porque hay muchos juegos de palabras complicados como para hacer traducciones que reflejen su sentido en inglés y tengan ese mismo sentido para nosotros.
Dificultad
En principio hay que animar a jugar al modo «Difícil», que tampoco lo es tanto, y así puedes comprobar todo lo que el juego da de sí. Los puzles ya no son tan complicados como los de antes y todos tienen su lógica. El libro de pistas, que mejor no tocar, también nos ayuda de manera muy clara.
También tenemos el libro de tareas que va muy bien. Puede llegar un momento en que estemos en varios frentes y después de tanta conversación ya ni sepamos por dónde vamos, así que allí nos lo dejan bien claro con la lista de nuestros objetivos.
Si a esto añadimos unos menús ágiles e intuitivos, unos diseños de puzles excelentes pero justos, sin ser absurdos y con cierta lógica siempre, pues la conclusión es que no tiene una dificultad excesiva en cuanto al juego en sí. Quizá los diálogos que debemos elegir alguna vez sí que puedan ser complicados, pero también tienen su lógica y ya no existen los del «juego de espadas».
Hasta aquí la aventura normal, equilibrada y sin grandes problemas, pero si queremos profundizar y complicarnos la vida podemos hacerlo perfectamente en dos aspectos que se han añadido como complementarios al juego y que nos pueden traer de cabeza durante meses.
El primero es el «Libro del Trivial», que se compone de 100 tarjetas que debemos ir buscando todo el rato usando la tecla TAB. Son preguntas sobre la saga divididas en diez partes. El libro lo encontramos al inicio de la primera parte en el bar SCUMM. El problema es que las tarjetas aparecen aleatoriamente cuando quieren y pueden aparecer en las mismas pantallas muchas veces. Por tanto, cada vez que pasemos por una pantalla hay que mirarlo todo otra vez.
Hay que ir contestándolas cuando las tengamos porque esto hace que salgan más y encima puede ser que aparezcan incluso después de salvar la partida.
El segundo son los típicos «logros» de Steam que ahora están tan de moda en los juegos. En total tenemos 39 y son acciones de resolución de puzles que deberemos hacer mientras estamos con el juego principal. También en este caso algunos aparecen después de salvar la partida.
Sonido
Para acabar tenemos una banda sonora orquestal y excepcional, que combina perfectamente con la aventura y crea un clima perfecto. Por una vez no tenemos que bajar el sonido por lo repetitivo, estridente o monótono de las músicas de fondo, sino que nos acompaña y nos mete más en la trama, además de tener unos efectos especiales muy bien buscados y colocados.
Seguramente se debe a sus creadores, Michael Land, Peter McConnell y Clint Bajakian, que ya trabajaron en las dos primeras aventuras de la saga y ahora han vuelto con mejores melodías, pero sin olvidar el espíritu de antaño. Han sabido combinar, mejorar y modernizar las viejas melodías y crear nuevas que no desentonan en nada.
Como nota aparte se merece destacar a Dominic Armato, que es la voz de Guybrush Threepwood y que también ha vuelto a la saga después de un tiempo. Su manera de hablar y expresarse es genial. Y tampoco desmerecen en nada los demás protagonistas, con voces claras e inteligibles, muy bien pausadas para conseguir una buena comprensión.
