
Algo que los hispanohablantes tenemos muy arraigado dentro de nuestra afición por los videojuegos es el gusto por las aventuras gráficas de los ochenta y los noventa, épocas donde estudios como Sierra On Line y LucasArts sacaban a relucir su vena creativa lanzando diferentes tipos de historias que viajaban entre la fantasía, el humor y el desafiar nuestro ingenio para dar con la resolución de los diferentes puzles y desafíos narrativos que se nos plantearan, y tal ha sido la influencia de estas aventuras que hasta el día de hoy numerosos estudios indies de todas partes del mundo se han dado a la tarea de rendir homenaje y preservar lo que hace únicas a las aventuras gráficas del pasado a través de sus propias creaciones.
Prueba de ello es que el estudio indie argentino L.C.B. Game Studio (@lcbgamestudio) se ha propuesto sorprender al mundo con una serie de antologías lúdicas a las que han bautizado como «Pixel Pulp» las cuales mezclan la mitología con el drama y el terror con un ingenioso uso de las mecánicas de juego como hilo conductor de la historia, siendo Varney Lake su segunda entrega y la que ocupa estas líneas. Aquí presenciaremos las vivencias de tres chicos que buscan divertirse a lo grande en sus vacaciones de verano, hasta que de pronto todo deja de ser risas y bromas debido al inusual encuentro con un vampiro.
Jugabilidad
Varney Lake es una aventura gráfica cuyo desarrollo transcurre a través de dos líneas temporales:
La primera se encuentra situada en 1981, en donde un famoso investigador de lo oculto llamado Lou Hill ha decidido abrir un caso acerca de un viejo suceso ocurrido en Varney Lake sobre unos jóvenes que se encontraron con un vampiro algunas décadas atrás. Aquí, tendremos que investigar pistas, resolver algunos puzles y por supuesto, entrevistar a las personas involucradas en dicho suceso que, para nuestra fortuna, siguen recordando aquel evento como si hubiese ocurrido ayer.
La segunda línea temporal acontece durante las vacaciones de verano de 1954, donde controlaremos a nuestros entrevistados a través de sus recuerdos sobre el suceso. Tendremos que poner especial atención en las interacciones, ya que estas serán cruciales para entender qué es lo está sucediendo y cómo usaremos las circunstancias que se nos presenten para ir avanzando, aunque la narrativa mantiene un ritmo constante que nos enganchará de forma natural a la historia y eso hará que no nos sintamos agobiados o saturados por la cantidad de información que vamos recibiendo por el camino, aunque de vez en cuando veremos un par de referencias a ciertas obras y clichés del género que harán que nuestro lado más friki se sienta sumamente complacido.
Algo que sin duda es el corazón mecánico de Varney Lake son los puzles, y estos vienen representado a través de diferentes minijuegos que van desde jugar a las cartas o tirar dados a los siempre queridos desafíos de ingenio en forma de puzles musicales, los cuales nos podrán a prueba, aunque no de forma excesiva, para evitar distraernos de la historia que es la gran protagonista de esta aventura.
Ambientación
Algo que se puede notar en Varney Lake es que no oculta para nada sus inspiraciones mecánicas, narrativas y audiovisuales, ya que las plasma a través de una estética que respeta muy bien las épocas por las que transcurren los diferentes arcos narrativos y su vez nos da la sensación de que estamos interactuando con una película de terror ochentosa de esas que la TV suele reponer en las noches de insomnio.
Gráficos
El trabajo que han realizado sus desarrolladores a nivel gráfico es sencillamente sublime, ya que cuenta con un pixel art bastante crudo que presenta un nivel de detalle escueto que en honor a la verdad, va creando un ambiente que transiciona de un sol veraniego a una oscuridad llena de muchas inquietudes, el cual es necesario para una historia sobre un grupo de chicos que se encuentran por cosas del destino con un vampiro, sin mencionar que se ha recurrido a una paleta de colores bastante limitada que nos lleva a través del tiempo y nos hace creer que nuestro ordenador se ha transformado en un equipo informático de 8 bits. Eso sí, no parece un simple copia y pega de un juego antiguo para apelar al sentimiento nostálgico de forma vacía, sino que es una mezcla de diferentes estilos, los cuales hacen que Varney Lake tenga una personalidad única y a su vez mantenga la identidad de la serie de juegos a la cual pertenece. Puedes amarlo u odiarlo, pero es innegable que le da a este juego un encanto único.
Sonido
Los efectos de sonido son correctos y representan bastante bien las acciones que tienen asignadas, además de que complementan de forma sublime el apartado gráfico a la hora de brindarnos ese factor de viaje temporal sin recurrir a la nostalgia porque sí, como mencioné un poco más arriba. Por otra parte, la banda sonora, compuesta intencionalmente para apegarse a la estética en general, no nos acompaña en toda a aventura, sino que posee una presencia testimonial, la cual sirve para enfatizar y darle peso a los momentos claves de la aventura, así que no esperes composiciones largas, ya que se limita a ser tonadas breves acordes a lo que estamos presenciando.
Valoración general
Varney Lake en sus casi tres horas de duración nos sumerge en una historia llena de mucho misterio y entretenimiento a partes iguales sin caer en el terror barato ni el fanservice, ya que en todo momento nos mantiene atentos sobre qué es lo que pasará después y quien es ese misterioso vampiro sobre el que gira la historia, la cual compensa su brevedad con cuatro posibles desenlaces dependiendo de nuestras interacciones y los acontecimientos que han desencadenado, motivo el cual le otorga un factor de rejugabilidad bastante elevado si eres de esas personas curiosas que se proponen examinar cada recoveco narrativo del juego que tiene enfrente. Sin mencionar que su ritmo de juego es perfecto tanto para jugarlo de una sola sentada como en breves sesiones de tiempo libre que tengamos en nuestro día a día.
Fdo. Gendou el Neoretrogamer (@soygendou)